Sevilla. Nevada histórica

Crei que no lo iba ver nunca, que era una utopía, pero al final se hizo factible, nevó en Sevilla.

Parece mentira, pero es cierto, el pasado domingo 10 de enero, a eso del mediodía, nevó en nuestra ciudad y en algunas zonas de la provincia tras 56 años sin hacerlo. De hecho, desde que tengo uso de razón en fechas invernales siempre he tenido la ilusión de que nevara aqui y por fin tener un primer contacto con la nieve, pero siempre tenía en mente que el último referente era allá por los años 50 y que en raras ocasiones llegabamos a menos de 5 grados, así que perdí toda la fe en que nevara en Sevilla. De hecho todo este intringulis de emoción por una posible nevada lo hemos tenido todos los sevillanos, aunque siempre luego nos hemos desengañado. Mi hermano Hugo siempre estaba con lo de que bajan las temperaturas, a ver si nieva; y yo tajantemente le cercenaba la ilusión: Que Sevilla está a casi el nivel del mar que desde los años 50 no nieva. Así mi hermano, casualmente puso hace un mes en su nick: "Sí existieran los milagros, habría nieve en mi ciudad"; y su frase fue premonitora porque unos días después se obraba el milagro.

Así, la nieve (o agua nieve) caía en algunos puntos de la ciudad como Sevilla Este, Pino Montano, Polígono Sur, Alcosa, pero no llegaba a cuajar y al poco de caer en el suelo, se derretía. Tmbién nevó en varios puntos de la provincia, sobre todo en el Aljarafe, como en Tomares, El Viso, Espartinas, Alcalá del Rio, El Pedroso, Carmona, Gerena etc. llegando a cuajar la nieve en la mayoría de ellos. Pues presto a no perderme este acontecimiento histórico y tener mi primer contacto con la nieve, me apresuré una vez comenzada la tarde a desplazarme a Olivares, localidad a unos 20 km de Sevilla y a unos ciento y pico metros de altura, donde había cuajado la nieve y; tras un viaje de 45 minutos en autobus llegué a la localidad del famoso Conde Duque y pude por fin tocar los pocos restos de nieve que aun quedaban (lo justo para hacer una bola y tirarla, como muestra la foto de empiece). Una experiencia única e inolvidable que espero que se vuelva a repetir.

Sin nada más que contar, me despido hasta la próxima entrada. Natxo